LOS SONIDOS, LAS PALABRAS...

Los antiguos sabios de la Escuelas de los Misterios de Egipto y Grecia, como los esenios del Mar Muerto, los gnósticos, los iniciados de la Tradición oculta, los terapeutas, los pitagóricos, los lamas tibetanos y la inmemorial sabiduría de la India, conocían el poder oculto en las palabras y descubrieron una ciencia de la evolución de la consciencia humana basada en el uso de determinaos sonidos. La ciencia cuántica y la cosmofísica se nen ahora a la metafísica y dan la razón a las antiguas tradiciones esotéricas, tras localizar en el espacio exterior las mismas frecuencias y fases de ondas sonoras que encontraron los antiguos rishis, los ascetas-videntes de los Himalayas. Estos sabios de la antigüedad descubrieron los sonidos primordiales del Universo, y sondeando las emisiones sónicas que escuchaban en su profunda meditación, rastrearon las frecuencias sonoras que mas tarde compusieron en forma de mantras. La ciencia nos habla ahora de un sonido básico o una “música de fondo” que se escucha en el Universo a la que denominan Fondo Cósmico de Microondas. Los discípulos de Pitágoras conocían ya hace mas de 25 siglos la “Música de las esferas” y sabían que por medio del uso de determinados sonidos, cantos, danzas y ceremonias se podía entrar en sutil comunicación con las vibraciones creativas del Cósmos. Pitágoras enseñaba a sus discípulos que una piedra era en realidad “música cristalizada”. Para la ciencia actual, estas hondas sonoras y creativas quedaron sincronizadas y se estableció un espectro acústico de armónicos en el espacio similar al de un instrumento musical de proporciones extra-cósmicas. La ciencia de los sonidos, el uso de determinadas formas de música, la positiva y santa utilización de las palabras y del silencio, será muy pronto redescubierta como una forma de terapia del cuerpo, de la mente y del espíritu, tanto para la Humanidad como para reencontrarnos con el Espíritu de la Vida. Se abrirá así una puerta de acceso a otras dimensiones del Universo y de nosotros mismos. Carmelo Ríos

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